Desde los milenarios territorios, en su mayoría Chinos e Hindús la aromaterapia ha sido una alternativa óptima para curar los males del espíritu y alinear los desbalances nerviosos mediante el olfateo de distintos aceites esenciales, los cuales dependiendo del tipo de planta generan diversos efectos en el sistema nervioso de la persona, inclusive llegando al cambio de actitud o a la sedación leve.
En los tiempos modernos y desde hace décadas se viene estableciendo un debate en torno a la eficacia de dicho método, siendo calificado por la comunidad médica como una alternativa fuera de lo establecido y más terapéutica; cuestionando así mismo la sugestión por parte del sistema al percibir un aroma que es del agrado del individuo, llamándole efecto placebo.
A pesar de las diferencias y de las críticas, sigue existiendo un nicho entre las sociedades que sigue fielmente las prácticas alternativas, así como las homeopáticas, confiando en la eficacia de la aromaterapia como una opción elegible frente al malestar. Principalmente en el área psicológica y psiquiátrica es dónde la derivación de pacientes al uso de aceites esenciales es más común, siendo utilizado por pacientes que padecen ansiedad y trastornos relacionados (a una escala controlabe).
Uso y reemplazo de la medicina convencional
Si bien, la aromaterapia es una opción alternativa viable en los tratamientos médicos, esta no sustituye en totalidad la eficacia de un tratamiento farmacológico por ejemplo, puesto que no se debe confiar plena y ciegamente en esta, no por sus esporádica eficiencia; sino también por la dudosa procedencia de algunos aceites esenciales, dónde se llegan a confundir los de tipo terapéutico con las fragancias químicas.
Al momento de buscar alguna fragancia específica se ha de tener en cuenta que el producto debe contener productos que no sean agresivos con el sistema olfativo, al igual que las fragancias producidas en masa, las cuales estan constituidas en gran parte por químicos para lograr equivalencia a cierto olor especifico.
En conclusión, la aromaterapia no debe tomarse como un metodo 100% eficaz para combatir la enfermedad; pero esto no indica que sea algo inservible o poco fiable, equilibrando la medicina convencional y los métodos alternativos se puede lograr beneficio desde ambas partes, teniendo en cuenta siempre las indicaciones de estos, así como la opinión y la derivación de un experto en el tema.
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